En medio de una serie de decisiones sorprendentes y precipitadas de parte de autoridades del gobierno central que afectan a Cartago, es imperativo externar el malestar y la preocupación de nosotros, los habitantes de esta provincia.
La más reciente ocurrencia fue el anuncio de la presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Eugenia Esquivel, en el Consejo de Gobierno del 14 de setiembre, de construir el nuevo hospital de Cartago en el campus del Tecnológico de Costa Rica (TEC). Un anuncio que dejó perplejos a muchos cartagineses y que ha generado un profundo descontento.
Esta decisión, tomada sin el análisis técnico y profesional, es una afrenta a los cartagineses y atenta contra el Plan Maestro del Campus TE-Cartago, que rige la gestión y crecimiento institucional del 2020 al 2035, como bien lo señala el ex rector Julio Calvo.
Resulta incomprensible las actuaciones del gobierno paralizando el proyecto del hospital de Cartago, cuando ya diversos expertos en el pasado se refirieron a la viabilidad del terreno adquirido por la CCSS en 2011.
Recientemente, representantes de la Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) señalaron en la Comisión Especial de Cartago de la Asamblea Legislativa, la preocupación de dar marcha atrás a un proyecto que ya cuenta con avances significativos, incluyendo estudios técnicos y ofertas para la adjudicación.
Además, han dejado claro que una construcción puede adaptarse a diversos terrenos. Por lo tanto, la decisión de cambiar de ubicación solo crea incertidumbre, retrasos innecesarios y encarecimiento en la urgente construcción del hospital.
Otra improvisación es la inauguración en este mes de setiembre del nuevo servicio del tren a Paraíso por parte del presidente Chaves y otras autoridades, realizada en un andén provisional que carece de las condiciones de seguridad necesarias y no cumple con la Ley 7.600. Los habitantes del cantón se ven obligados a viajar tres kilómetros para acceder a este servicio, lo que demuestra nuevamente una falta de planificación y de compromiso con la calidad del servicio y la seguridad de los usuarios.
No podemos pasar por alto tampoco el retraso en las obras del proyecto Taras-La Lima, que dieron inicio en 2020 con un plazo de ejecución de 28 meses. Pero no solo está lejos de finalizar, sino que el consorcio H Solís-La Estrella ha recibido prórrogas por más de 500 días, según se ha denunciado públicamente.
Estos son solo tres de algunos ejemplos de la falta de atención y planificación que Cartago ha experimentado en estos 16 meses del actual gobierno.
Cartago es una provincia con un papel relevante y estratégico en la actividad económica del país, que va desde abastecer más del 80% de la producción hortícola nacional hasta la fabricación de dispositivos médicos, una de las áreas de mayor crecimiento de las exportaciones costarricenses.
Es fundamental y debería ser una prioridad de este gobierno brindar la atención a los proyectos viales de calidad que urgen para Cartago, así como la seguridad y movilidad de sus ciudadanos.
Los cartagineses no podemos tolerar más improvisaciones, ocurrencias ni burlas por parte de las autoridades. El Poder Ejecutivo debe trabajar en beneficio de cada provincia y de todos los ciudadanos, independientemente de los resultados electorales pasados. Merecemos un trato justo y proyectos bien planificados y bien ejecutados, que impulsen el desarrollo y mejoren la calidad de vida de la población.
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